No hay democracia auténtica si la mitad de la población no tiene acceso en igualdad de condiciones a la posibilidad de intervenir en la vida colectiva. Para la juventud, esta posibilidad es aún más inalcanzable. En la mayor parte de las sociedades, las personas jóvenes son consideradas un grupo de riesgo, vulnerable, que está en condiciones sociales precarias o que tiene que ser asistido por programas específicos de asistencia para mejorar sus condiciones de vida. Si bien es verdad que parte del la población joven en América Latina, especialmente las mujeres jóvenes, están en situación de vulnerabilidad, es fundamental cambiar la mirada y considerar que los /las jóvenes pueden ser actores/as de su propio desarrollo, sujetos/as de derechos humanos, protagonistas de la construcción, mantenimiento y fortalecimiento de su propia ciudadanía.
Las mujeres jóvenes no son agentes pasivas del desarrollo: estudian, trabajan, hacen activismo y participan políticamente, con la finalidad de mejorar y potenciar en el día a día las situaciones que viven. Educación, trabajo y empleo, migración, desarrollo económico sustentable, salud, sexualidad y reproducción, cultura, comunicación, ecología, o sea, derechos humanos y ciudadanía, son algunos de los temas que les afectan y les convocan.
A través de estos Talleres, promovemos la participación y reflexión de aquellas jóvenes, organizadas o no, interesadas en los diferentes procesos, a través de su perspectiva juvenil y con una mirada género, que les ha tocado vivir en su contexto social, económico y político. A su vez, estás instancias se han desarrollado con la intención de incorporar nuevas integrantes a
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